miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL LENGUAJE DE MI MENTE

La busqueda de una conexión espiritual en el acto creativo es una necesidad del Ser Artista. Esta empieza a manifestarse desde estadios muy tempranos del desarrollo cognitivo del infante, donde la lúdica de las formas y el juego de los colores, sonido y demás sensaciones, desencadenan las estructuras de la personalidad y del carácter del creador. Luego el lenguaje refuerza la vocación de la consciencia hacia la matéria, la técnica y el diseño (el dibujo) que conduce al Arte. Saber hacer algo, implicará un proceso sensible por el camino de la soledad subjetiva, hacia el fin último de dar vida artificial a una Imagen, dotandola de las escurridizas sensaciones que componen la experiencia, de los poderes del sentimiento y de los medios expresivos de la emoción que son regulados por la razón.

En el principio de la vida creativa <<no soy>>, no tengo identidad alguna con la consciencia, soy igual que una cosa, es más, soy menos que una cosa, <<soy materia>> en manos del maestro tiempo, que ejerce todas las fuerzas del espacio para darme forma de aprendíz.

Al tiempo y despús de haber sido purificado por el fuego, el artefacto (aprendiz) esta listo para presumir que piensa, que tiene derechos y puede opinar. Se atreve a hacer juicios de valor que solo buscan resonar como un metal con el timbre estridente de la disonacia de los conceptos propios que para nada son Arte. Desde luego que la exploración de los materiales y los viajes aventureros a los subjetivos montes de concepto, van a ir llenando las confinidades del plano pictórico en las profundidaes abizales de su vacuidad (1mm de espezor de lienzo), con los "fulcros" de su experiencia, pero aún no hay substancia ni conexión.

Llegar por fin a la madurez, el pensamiento complejo Transpersonal que trasciende los límites del sujeto, para adentrarse a los terrenos de lo político, de lo colectivo, de lo verdaderamente artístico. El ideal personal y la técnica se integran como un instrumento de la teoría, para que el espíritu del Philósofo ejecute la ciencia de la obra Artística, en la pureza de la Idea Visual, con el Ideal de cambio Libertario, que afecta la sociedad en sus cimientos más profundos, para reformar sus valores y propiciar la siembra de nuevas semillas de futuro que produzcan generaciones culturizadas que se adapten a los cambios tecnológicos.

El Espíritu Philosofal del Arte se integra con la verdad concreta para manifestar un concepto elevado  de la VIDA que corre el velo de la muerte y devela la verdadera belleza interior de todas las cosas y de todos los seres. La integración de todos los elementos, leyes y poderes en la obra Artística produce la Alegría infinita del goce estétíco de lo bello.